La presión alta («pressing») consiste en recuperar el balón cuanto antes, asfixiando la salida del rival. Para implementarla:
- Bloque avanzado:
Entrena una línea defensiva adelantada. Conducción de balón en zona cercana al área rival y presión coordinada de delanteros y mediocentros. - Entrenamiento de desencuentros:
En espacio reducido (30×30 m), dos equipos. Cada robo en zona rival vale doble. Obliga a los defensores a saltar líneas y a los atacantes a mover el balón rápido. - Señales de presión:
Define códigos (gritos o gestos) para cuando el balón llegue a un costado: dos jugadores presionan al portador y bloquean líneas de pase. Practícalo hasta que sea automático. - Nivel de exigencia física:
La presión alta demanda condición. Realiza sprints de 5–10 m tras cada acción defensiva y recupera la posición de inmediato. Haz 4 series de 8 repeticiones. - Juego táctico:
Analiza al rival previo al partido: identifica su distribuidor principal y organiza la presión para taparle rutas de pase. Ensaya esa estrategia en la semana previa.
Recomendaciones:
- Presión coordinada: nunca presiones solo; que un compañero cubra tu espalda.
- Comunicación constante: avisa cuándo subir o retroceder la línea.
- Control de energía: alterna momentos de alta presión con fases de repliegue.
Una presión alta bien entrenada desestabiliza al adversario y multiplica tus opciones de gol.