La agilidad mide tu habilidad para cambiar de dirección con eficacia, y la velocidad define cuánto tardas en cubrir distancias cortas. Entrena ambos en sesiones específicas:
- Circuito de conos “T”
Coloca cuatro conos en forma de T. Corre al cono central, toca, retrocede, corre lateralmente y finaliza con sprint. Realiza 5 rondas, descansa 1 min. - Carrera de 10–20 m
Desde parado, acelera al máximo 10 m; en seguida, otros 10 m a tope. Haz 6 repeticiones, descansando 2 min. Trabaja tu capacidad de arrancada. - Escalera de agilidad
Con una escalera en el suelo, realiza ejercicios de pies rápidos (dos pies por escaño, “pisada cruzada”, saltos alternos). 4×30 s cada variación. - Reacción con señal
Un compañero alza banderas o silba y debes reaccionar con sprint o cambio de dirección. Desarrolla tu tiempo de reacción. - Carrera lateral con banda
Banda elástica en tobillos; desplázate lateralmente 10 m y vuelve. 4×8 pasos por lado.
Puntos clave:
- Mantén el tronco erguido y la mirada al frente.
- Evita caídas de cadera que ralenticen tus giros.
- Combina velocidad lineal y cambios de ritmo para simular situaciones de Juego.
Una mayor agilidad y velocidad te convertirán en un jugador más dinámico, capaz de desmarcarse, presionar o recuperar en fracciones de segundo.