Agilidad y velocidad: el pulso del Juego

La agilidad mide tu habilidad para cambiar de dirección con eficacia, y la velocidad define cuánto tardas en cubrir distancias cortas. Entrena ambos en sesiones específicas:

  1. Circuito de conos “T”
    Coloca cuatro conos en forma de T. Corre al cono central, toca, retrocede, corre lateralmente y finaliza con sprint. Realiza 5 rondas, descansa 1 min.
  2. Carrera de 10–20 m
    Desde parado, acelera al máximo 10 m; en seguida, otros 10 m a tope. Haz 6 repeticiones, descansando 2 min. Trabaja tu capacidad de arrancada.
  3. Escalera de agilidad
    Con una escalera en el suelo, realiza ejercicios de pies rápidos (dos pies por escaño, “pisada cruzada”, saltos alternos). 4×30 s cada variación.
  4. Reacción con señal
    Un compañero alza banderas o silba y debes reaccionar con sprint o cambio de dirección. Desarrolla tu tiempo de reacción.
  5. Carrera lateral con banda
    Banda elástica en tobillos; desplázate lateralmente 10 m y vuelve. 4×8 pasos por lado.

Puntos clave:

  • Mantén el tronco erguido y la mirada al frente.
  • Evita caídas de cadera que ralenticen tus giros.
  • Combina velocidad lineal y cambios de ritmo para simular situaciones de Juego.

Una mayor agilidad y velocidad te convertirán en un jugador más dinámico, capaz de desmarcarse, presionar o recuperar en fracciones de segundo.